Puebla

Pueblo Maseual de la sierra norte de Puebla frena concesiones mineras

Luego de 11 años de litigio y lucha ambiental, el pueblo maseual logro cancelar concesiones mineras que afectaban de

Pueblo Maseual de la sierra norte de Puebla frena concesiones mineras

Luego de 11 años de litigio y lucha ambiental, el pueblo maseual logro cancelar concesiones mineras que afectaban de manera significativa su salud, la preservación de su cultura y su sentido de comunidad.

Después de más de una década de litigio, el pueblo maseual de la Sierra Norte de Puebla logró la cancelación definitiva de las concesiones mineras Atexcaco I, Atexcaco II y Macuilquila, otorgadas a Minera Autlán y sus subsidiarias.

Esta resolución judicial, emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito, reconoció el derecho de estas comunidades indígenas a decidir sobre su territorio, cerrando así un proceso legal iniciado hace once años.

El fallo del tribunal ratificó la legitimidad de las consultas comunitarias, realizadas conforme a la cosmovisión y organización del pueblo maseual, y validó el concepto ancestral de “altepet”, que une agua, cerro y comunidad, elementos centrales para la defensa territorial y cultural.

Con esta sentencia, se preservaron zonas consideradas como sagradas como manantiales y cerros, al evitar la explotación minera a cielo abierto que amenazaba el equilibrio ambiental y espiritual de la región.

El pueblo maseual asentado en los municipios de Tlatlauquitepec, Cuetzalan del Progreso y Yahonáhuac enfrentó por más de una década la amenaza de la minería a cielo abierto. Las concesiones otorgadas por el gobierno federal cubrían más de 7 mil hectáreas de territorio indígena y buscaban extraer oro, plata y cobre, lo que ponía en riesgo los ecosistemas, el agua y la organización comunitaria ancestral.

Desde 2018, las comunidades obtuvieron un amparo judicial que invalidaba dichas concesiones por no respetar el derecho a la consulta indígena, amparo que fue ratificado en 2022 y finalmente confirmado en 2024 tras varios intentos de impugnación por parte de las empresas.

Durante ese periodo, las asambleas comunitarias fortalecieron su estructura organizativa y desarrollaron estrategias jurídicas y políticas para defender su territorio, apoyadas por organizaciones civiles y especialistas en derechos colectivos.

El conflicto no solo tuvo un trasfondo cultural, sino también ambiental y sanitario. Estudios realizados en regiones donde opera Minera Autlán, especialmente en la Sierra de Hidalgo, documentaron graves consecuencias para la salud de las poblaciones cercanas.

El Instituto Nacional de Salud Pública detectó que el 60 por ciento de adultos presentaban síntomas similares al Parkinson, y que en niños la exposición al manganeso redujo hasta 20 por ciento su capacidad intelectual.

Además, los niveles elevados de manganeso en sangre y cabello estuvieron relacionados con daños neurológicos, pérdida de memoria y problemas cognitivos. Las comunidades reportaron enfermedades como dermatitis, conjuntivitis, infecciones y malestares gastrointestinales que se atribuyen al agua y aire contaminados por desechos mineros.

La contaminación también provocó la desaparición de especies acuáticas en ríos locales, afectando la biodiversidad y los medios de subsistencia de las comunidades. Se documentaron vertidos tóxicos que causaron la muerte de peces y la degradación de manantiales, lo que obligó a las familias a buscar fuentes alternativas de agua potable.

Esta situación, en relación con el estado de Puebla, refleja un patrón de impactos ambientales que Minera Autlán ha enfrentado en otras regiones, donde la minería a cielo abierto ha provocado daños estructurales, contaminación del agua y graves afectaciones a la salud pública.

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Alexander Texis

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